Pinto el colibrí como analogía al movimiento de la vida, es la representación de la alegría y a su vez la resiliencia que debemos tener, en determinadas ocasiones para cambiar y evolucionar como personas.
Mi obra es una invitación para que cada uno de nosotros encuentre su propia fórmula, para lograr su equilibrio, hallando la forma de hacer las cosas que nos permiten estar más alineados a lo que queremos y soñamos.