Esta impactante pintura al óleo figurativa, de 150 cm x 120 cm (Alto/Ancho), presenta a un niño parcialmente sumergido en aguas tranquilas y doradas. Sostiene un vibrante ramo de flores rojas puntiagudas, cuyos tonos ardientes contrastan con su piel dorada. Una singular corona de rosas de oro metálico le cubre los ojos, creando una sensación de misterio e intriga. El fondo presenta una puesta de sol dramática y arremolinada en tonos naranja y rojo oscuro, que proyecta un brillo cálido sobre toda la escena. Esta evocadora obra invita a la contemplación sobre temas de inocencia, vulnerabilidad y la belleza oculta del mundo natural. La expresión serena del niño y el uso simbólico de flores y agua sugieren un significado espiritual más profundo, lo que impulsa a los espectadores a explorar sus propias interpretaciones. Esta obra de arte original sería una declaración poderosa en cualquier colección de arte.