"Venus Demoníaca" reinterpreta un clásico de la diosa del amor, transformándola en un ser híbrido: mitad deidad, mitad demonio. Su cuerpo tatuado con pokemon funciona como un mapa simbólico, mientras los cuernos orgánicos y las serpentinas etéreas evocan entidades de dimensiones desconocidas. La paleta de verdes, lilas y negros intensifica la atmósfera de surrealismo oscuro con ecos de terror cósmico, equilibrando sensualidad y misticismo. Esta obra nos confronta con la dualidad entre belleza y abismo, entre lo divino y lo profano.